Chisinau es una ciudad de gran verdor, provista de parques y
lagos, situada a orillas del río Bik. Los bombardeos de la Segunda
Guerra Mundial hicieron que desaparecieran dos tercios del casco antiguo
y quedan pocos monumentos antiguos. En su conjunto, la ciudad recuerda a
una ciudad de la época estaliniana, a pesar de la presencia de una
bonita catedral del siglo XIX, provista de una cúpula en forma de
cebolla.
La ciudad cuenta igualmente con un Arco de Triunfo que, al
igual que la catedral, dominan el parque central en el norte. Las calles
tienen el nombre en moldavo o ruso, a veces los dos. Se recomienda ir a
ver las estatuas de algunos hombres importantes como Alexandre
Pouchkine, exiliado aquí de 1820 a 1823, o de Stéphan cel Mare, un
príncipe guerrero de la época medieval y héroe moldavo.
El Museo
Nacional de Historia describe la invasión soviética de Chisinau de 1945 a
escala real. En cuanto a la galería Brancusi, expone una interesante
colección de arte moderno. Este museo fue fundado en 1983.